La respuesta es fácil: como cualquier producto manufacturado, claro que tiene una vida útil determinada tras la que sus propiedades y capacidades con las que fue diseñado van disminuyendo. Pero seamos lógicos. No es como un pastel de nata caducado que te puede provocar todo tipo de males. La respuesta está en un justo punto medio.
Los cascos "caducan" en el sentido que los materiales de los que están hechos, con el tiempo, pierden propiedades. No es "a fecha fija", pero se suele estimar que para los cascos de policarbonato u otros plásticos está en torno a los cinco años y algunos más para los de fibras (carbono, vidrio...), en torno a ocho. Pero también hay que tener en cuenta otros factores: el uso y el cuidado que haya recibido el casco es crucial y no es lo mismo un casco que se ha usado 10 veces en cinco años que el casco de un mensajero que todos los días sale a la calle. Los materiales exteriores del casco reaccionan con el aire, las inclemencias, el sol, etc, por lo que los más expuestos sufren más. Además, mucho uso implica mucha suciedad y esto conlleva muchas limpiezas. Depende qué productos uses, ese casco tendría mejor o peor vida.
Y no solo hay que cambiar el casco porque la acción del tiempo y las incidencias meteorológicas lo recomienden: el uso regular implica golpes en la calota (se te cae del asiento, le das "coscorrones" al pasajero, un golpe contra el marco de la puerta al salir...) y todos esos golpecitos van haciendo mella en el bien entendido sentido de que la acumulación de ellos van "marcando" la calota, no que se vaya a partir porque se te ha caído un día.
Pero es el interior, en la vida normal de un casco, el elemento que más se desgasta. El material interior y la tela de forro es parte de la seguridad del casco. No solo se trata que la calota sea dura y no se rompa en una caída es importante: el interior tiene que absorber parte importante de un posible golpe y si no lo hace, malo, ya que te lo llevas tú en la cabeza. Lógicamente, cuando es tu casco y todos los días te lo pones, no solo te resulta difícil detectar esos desgastes hasta que son más que evidentes. De hecho, te resulta más cómodo tu casco que otro igual nuevo. Pero esa es precisamente la prueba de que está desgastado. Si tienes ocasión, pruébate un casco de la misma marca y modelo que el tuyo, pero nuevo. Si el ajuste no es igual, si el tuyo "baja" más en la cabeza, si tiene más holgura una vez puesto, plantéate cambiarlo a corto plazo.
Fuente de información:
Daniel Navarro
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